lunes, 29 de abril de 2013

Capítulo 2 : Mensajes Inesperados

Es miércoles, vuelvo a mirar el despertador, la una de la tarde. Mi madre vino a despertarme varias veces para ir al instituto antes de marcharse a trabajar, pero al final se dio por vencida.
No sé si será el sueño, pero casi no puedo abrir los ojos, me pesan demasiado los párpados, quizás sea porque me he despertado con las mejillas mojadas, aunque no recuerdo haber llorado.
Un ruido me sobresalta, otra vez el teléfono, ha estado sonando durante toda la mañana, pero no me siento con ánimos para responder, cuando para, lo cojo, la pantalla se ilumina y me informa de que tengo nueve llamadas perdidas y cinco mensajes.
El primero es de mi madre, al igual que todas las llamadas.

 -" Supongo que no as ido a clase. Esta vez te lo dejo pasar, pero que no se vuelva a repetir Alicia."-

Nunca me ha gustado mi nombre, a mis padres les pareció gracioso que su hija se llamara igual que la protagonista de el País de las Maravillas, pero yo lo detesto, no por el personaje, simplemente no me agrada el propio nombre.
El segundo, el tercero y el cuarto mensaje son de Sara, mi mejor y única amiga.

-" Ali! ya puedes tener una buena escusa para haberme dejado sola en este sitio infernal!"-

-" Ya ha pasado una hora, y no me has contestado. Ali, estás bien?"-

-" Vale! como no me respondas en media hora te juro que llamo a tu madre!"-

Me siento un poco mal por haberla dejado sola, ambas odiamos nuestro instituto y a la gente que hay en él, así que solo nos tenemos la una a la otra. Antes estaba yo sola, llevo en el mismo colegio desde los tres años y recuerdo que antes tenía amigas, éramos un grupo de cinco, pero cuando fue pasando el tiempo decidieron que sobraba una y resulta que esa una fui yo, a partir de ahí pasé a ser el bicho raro, la verdad, hubiese preferido ser invisible. Cuando eres invisible, nadie se da cuenta de tu presencia, no tienes que aguantar insultos, ni zancadillas, ni empujones... pero en mi caso resulta un poco difícil pasar desapercibida, soy pelirroja, y mi pelo, junto con mis pecas y mis ojos, capta bastante la atención. Hasta que hace dos años llegó Sara, y como tampoco la aceptaron, nos hicimos amigas.

Cuando leo de quién es el siguiente mensaje me quedo desconcertada. En toda mi vida, solo he visto a mi abuela tres veces, por lo que sé, se mudó a París hace como seis años o así.

-" Alicia, sé que hace mucho tiempo que no hablamos, y lo siento cariño, si por mi fuera me hubiese puesto en contacto contigo hace muchos años, pero por ciertos motivos, que algún día conocerás, no he podido dirigirme a ti hasta hoy. Dado que la última vez que te vi fue hace demasiado, creo que es un buen momento para empezar a conocernos. Solo espero que no me guardes rencor. Te llamaré esta tarde sobre las siete. Con cariño, tu abuela." -

Justo cuando acabo de terminar el texto llaman al timbre, al principio no reacciono, pero al darme cuenta de que estoy sola, aparto las sabanas y me dirijo hacia la puerta.





sábado, 27 de abril de 2013

Capítulo 1: Alicia.

 Me llamo Alicia, tengo 15 años y mi vida está a punto de cambiar.


Mis padres van a divorciarse, me lo ha dicho mi madre esta mañana. La verdad es que me lo esperaba, desde hace unos meses mi padre pasa demasiado tiempo fuera de casa, hay días en los que ni siquiera viene a dormir, y cuando sí está me despierto por las noches oyéndoles discutir.

Antes éramos una familia normal, con diferencias, pero estábamos unidos. 
Hace unos años mis tíos se separaron, y mi primo lo pasó bastante mal, recuerdo haber pensado que yo jamás estaría así, porque cuando miraba a mis padres veía que se querían tanto que nunca se alejarían el uno del otro, de aquellas no sabía lo equivocada que estaba.

Esta noche la pelea parecía peor que de costumbre, sobre las tres de la mañana escuché como se cerraba la puerta de la entrada de un portazo, en ocasiones, si no aguanta más, mi padre abre la puerta y se va, pero a la mañana siguiente, cuando bajo a desayunar lo veo sentado en la mesa de la cocina leyendo el periódico con una taza humeante de café y su ahora no tan habitual sonrisa.
Delante mía disimulan e intentan hacer como si todo fuese bien, pero desde hace unas semanas, la tensión se ha vuelto tan grande que evitan permanecer los dos juntos en la misma habitación.

Esta mañana, cuando me he levantado, mi padre no había regresado a casa y mi madre parecía afectada, siempre que la veo así se me hace un nudo en el estómago porque normalmente aparenta ser muy fuerte, nunca permite que los demás vean como se siente.
Al llegar del instituto me pidió que me sentara y me lo explicó todo, que han decidido separar sus vidas, que ha sido de mutuo acuerdo, que no debo preocuparme por nada, que no es culpa mía, que ambos me quieren... ya, supongo que es lo que se suele decir en estos casos. Al terminar, me ha preguntado que si estaba bien, que me veía muy pálida, todavía no tengo la respuesta, ni siquiera ahora, once horas más tarde, así que me levanté y salí corriendo de casa, no estaba intentando huir, para qué? no tengo a donde ir, simplemente necesitaba aclararme. Me pasé toda la tarde andando, no pretendía ir a ningún sitio, solo caminar. Cuando el cielo empezó a oscurecer volví a casa. No había nadie, y no me importó, fui hacia mi habitación y me metí en la cama.